domingo, 3 de enero de 2016

Feliz o lo que seas.

No me creas si te digo que no puedo más, no estoy acostumbrada.
No te asustes cuando te digo que aquí no, ni te enfades, que estás igual de guapa, pero mira toda esa gente.
No le des vueltas a mis "me voy", lo hago para que sepas que así también me quedo.
No te comas la cabeza si a las seis sigo despierta y no nos dan las siete porque no contesto, no voy a ofrecerte nada que no pueda darte.
Finge normalidad al encontrarnos, nos presentaremos las veces que haga falta. A esta invito yo.
No me culpes por haberte desconocido así, tú también.
No te creas lo que te cuentan, a la tercera nunca va la vencida a ninguna parte.
Que no te sorprenda: hoy he estado en tu portal,
que no te tapes: no era contigo. Y no hablo de mí.
Y no me llores cuando dices "una de estas veces te lleno el coche de nieve y nos quedamos a vivir", y te digo que no. Pero de verdad, ¿Cómo te atreves a decirme "no te creas"? Tú, que no destruyes, prefiero hacerlo yo.
Porque tú siempre serás de alguien pero muy tuya, pero mira toda esa gente.
Que no, joder. Que no sé lo que te pasa. Pero a mí tú.
Que llevas la mitad de la vida muerta, porque eres una forma de morir.
Pero no sé de qué sueño cojeabas antes de hacerlo, ni si tenía pesadillas que le hacían levantarse de un golpe con noséqué pie.
Que no sé por qué escupes sangre, ni se traga 40 pastillas al día, ni si quiera sé por qué siempre tengo que agarrarla para que no se lleve el aire sus veintipocos. Muy pocos.
No sé por qué se droga, ni por qué no debería hacerlo. No sé si es verdad lo de sus cinco enfermedades mortales, ni si quiera una. No sé por qué no le tiene miedo a nada más que a tener que reconocer que tiene miedo.
Tampoco sé porque me gustaría padecerla y morirme de su misma muerte. Despertarme en mitad de la noche por su falta de sueño y saltar en la cama después de las pesadillas.
No lo sé, no la sé. No me sé su historia por muchos libros que haya leído. No la conozco, no voy a colarme en su fiesta.
Pero me gustaría llamarla esta noche y contarle que cuando acabe esa canción y apague la radio, sólo tardaré dos minutos más, que como siempre llego tarde:

Feliz Navidad, y tal.