domingo, 28 de abril de 2013

Todas las canciones se han quedado mudas.



De pasada, por tu vida, por tu cama, por tus labios. Por la puerta de tu casa a las 11 de la noche. Con ese puto frío que te queda la cabeza en otra parte, y me he colado hasta ti, sin tocarte. Esperando a que salieras fuera y me abrazaras fuerte. Para irte, como siempre. Pero te has quedado quieta y sonriendo a sus palabras, olvidando que yo estaba esperando por ti. Cómo quien no tiene ni puta idea de nada. Despertándome en plena lluvia de ti para, esta vez, huir de tus manos, y de mí. Una hostia en todos los esquemas, eso eres tú. Que no me pidan que te cierre la puerta; tú ya estás dentro. 

No te culpo, 
no eres tú, 
soy yo, 
que te quiero más.

Mi noche fue ayer, sin ti, por eso. Que cuando tú, la noche sólo te mira a ti, y está jodida la cosa. No te lo veías venir si no has conseguido leerme bien. Yo no te debo nada, y te lo daría todo.
Ojalá hablar de mí sin terminar hablando de ti. Que yo a mis desconocidos les hablo de tu ciudad. 
Estoy hasta las tetas de que no seas mi poeta. De que no quieras revolcón. De que no quieras quererme ver, y no me veas.

Que sé que no eres tú,
que es ella,
que la quieres más.




jueves, 25 de abril de 2013

Capítulos de ti.


Eres las páginas de un libro que solo tú sabes cómo va a acabar. 
Y aquí me tienes, leyéndote, y cortándome de vez en cuando al intentar pasar página. 
No es la historia de nunca acabar, es la historia de nunca haber empezado.  Me dejas ser sólo a medias.

Me sujetas con tus manos frágiles, ocupadas. Como quien intenta girar el pomo de una puerta sosteniendo unas cuantas botellas de vodka barato. Y yo sigo esperando a que abras del todo, por ver si decides quedarte. Algún día, un rato más, cinco minutos (no me despiertes de golpe).

Tengo ovillos de lana en sustitución del cerebro. Se deshilachan, se hacen nudos, y cada nudo forma tu nombre. Y se muerden por los extremos, y lloran, se retuercen, tiemblan. Están agilipollándome de ti.

Apágame un ratito cuando te tenga cerca, sería más fácil así que imaginar en qué (quién) estarás pensando que no sea yo, más fácil que ver cómo le dedicas cada gesto a otra. Pero no tardes en encenderme con un beso. O dos. O tres. O los que quieras.

Sé que estoy viva por que me matas. Eres la peor droga; la más adictiva e ilegal. 
Me salen carreteras por los ojos, y se inundan de pensarte. Ya no saben cómo parar en cada "stop".

Ahora dime tú qué debo hacer si no soy yo la que te va a acompañar a ese concierto, ni la que va a dormir esa noche contigo. Soy de esas que no todas recomiendan. Así que, dime tú, dime que no soy para ti, porque tú eres tanto y yo me estoy quedando en muy poco.


Vas a ser el estudio al que más tiempo voy a dedicar. Vas a ser la asignatura que más me va a doler suspender.

domingo, 7 de abril de 2013

Tengo algo para ti:



Tenía que haber revisado tu tristeza antes, y a lo mejor es que no sé.
Vengo a que me dediques unos minutos y me leas. Ponte la sonrisa.
Mejor vamos a otro lado, que tú ya no estás cerca.

Pensé que podía permitirme renunciar a ti por otras cosas que no tengo ni idea de lo que son, y yo sólo sé que quiero estar cerca de ti.
Hay más de cien mujeres que se enamorarían de ti, las muy cabronas.

Me gusta tu cara, tu cara en todos los momentos. Y me gustas tú. Aunque duelas, a destiempo. Que sé que no quieres y eso es lo mismo que hace que me olvide. No sé si me explico.

Volviste en pleno Diciembre, y yo sigo con las ideas congeladas. Me has causado tantas tormentas, que me ha empezado a gustar que llueva. No me gusta perder, pero yo por ti pierdo hasta el habla. Es cierto, nunca he sido demasiado callada.
Tira los dados, que los tengo trucados para salir siempre yo y ver como tú les das la vuelta. Y sonríes. Te salvaría, pero es que no puedo ni quiero cambiarte. Eres un “tal para cual”, aunque no sepa quién es esa zorra de “cual” que siempre está en medio.
Ojalá el único daño que se atrevan a hacerte sea morderte muy fuerte.
Y te lo digo con el corazón en la mano, para que no se me escape y quiera huir sabiendo el miedo que me da imaginarte en otros brazos. (Pero shh, es un secreto, no lo vayas a gritar.)
Y eso que aún no te dejas mirar del todo bien, pero tranquila, que voy a seguir regalándote mi tiempo, aunque no sea lo que buscas, y tú sigas siendo lo que encuentro porque siempre he querido que sea así. No dejes nunca que me queje de ti, porque yo he aceptado tus términos y condiciones aún sabiendo que la letra pequeña me iba a doler.

Porque para mí no eres sólo Dicembre, ni Enero, ni Febrero, ni Marzo sumando tus primaveras, es que ya eres Abril, y quiero que te lo quedes, y que sigas siendo, aunque no seas. Creo que está vez no me explico.

Respiras otros cuerpos sin darte cuenta de que das más de respirar tú que cualquier otra.
Pero te entiendo, yo tampoco sé decir que no. Porque me puedes. Y te lo digo queriendo, y sin querer, porque a veces se me escapa y no quiero que te asustes; pero te echo de menos cada vez más y eso que cada vez estamos más cerca, y sin darnos cuenta.

Quédate todo mi calor, que luego querrá entrar el verano pisando fuerte. Como tú.