lunes, 4 de junio de 2018

'Todo lo que merezcas.'


Porque te querría más aún si todos los edificios echasen a arder, por eso: no tengas miedo.
Porque me agarraste la mano sin darte tiempo a conocer el mundo, y me senté a verte llorar.
Porque un día también puede ser cualquiera llorando de abstinencia ante la abstinencia de no tener si quiera un poco de abstinencia.
Porque un día fueron los pájaros los que coronaron el silencio desde un árbol y el resto quienes gritábamos desde una jaula.
Porque un día puede ser un tobogán cargado de lágrimas por el que al final sólo bajen un montón de recuerdos de aquellos que quisieron olvidar.
Porque un día todos los semáforos cambiaron de color y nadie sabía qué deparaba el cruzar – porque ese día era para los valientes –.
Porque un día alguien no supo por qué no se había dado cuenta antes de a quien tenía que cuidar y decidió irse.
Porque un día dos quisieron mucho más y no supieron la dirección.
Porque un día fuiste tú quién se puso en el camino de la piedra – y la piedra rompió a llorar –.
Porque allí se nos escapó la risa. Y la risa hizo el olvido.
Porque una noche dos bailaban en silencio cuando todos querían hablar y nadie sabía cómo ni cuánto.
Porque esta noche está, pero las demás aún no han llegado.