martes, 26 de septiembre de 2017

Tengo el mismo calor que hace. Flipas.



Me causa ansiedad la impaciencia por hablar que no respeta que yo lea lo no supe escribir pero necesité leer de otras bocas.

Odios las expresiones repetidas. Plano. Secuencia. Redundancia.

Si veo las películas una sola vez, es por el placer de olvidar ciertos títulos y que dentro de unos años, al volver a ser televisadas, sea como la primera vez. 

Nunca quise perder la magia en la que no creí.

También tengo 500 libros que olvidar, para que al volver a casa pueda barajar cual leer primero.

Hemos roto muchísimos vasos a estas alturas como para estar tristes por ver los pedazos esparcidos por el suelo, pero nos sigue provocando ansiedad las virutas de cristales pegadas en las yemas de los dedos después de estampar el móvil contra el suelo, y estamparos nosotros mismos con la realidad. 

Llévate mi mes de Abril, pero explícame por qué siempre el año nuevo empieza el 1 de Septiembre, y por qué dos miradas que se cruzan entre cientos de personas nos devuelven la ilusión del día de Reyes. 

¿Quién escondió la piedra cuando la mano golpeó mi ventana?

¿Quién nos sacudirá cuando en nuestro estado etílico no reconozcamos quién es el emisor y quién el receptor? 
Mucho menos el mensaje. Pero sobre todo el mensaje.

¿Quién volverá a prometer imposibles sin creer en ellos?

Mientras, nosotros soñamos con cielos contaminados sin tener ni puta idea de qué coño queremos, pero si el de quién.

A veces he llegado a pensar y me he quedado ahí, inmóvil, durante años.

Soy la misma niña a la que le asusta despertar y que todo siga exactamente en el mismo sitio.

Sueño, sobe todo somos sueño.

¿No veis que si la herida cicatriza por el borde, el centro sigue sangrando?


domingo, 10 de septiembre de 2017

'A ver quién es el listo.'



La ilusión es una fotografía de papel en las manos de quien merece ser recordado.

El miedo es un zorro astuto que quiere quedarse con todo lo que tú tendrás que dejar en el olvido.

El desprecio son las manchas de sangre que aún quedan en las sábanas después de arrancarte el corazón.

El cariño es un algodón de azúcar en las manos de alguien que come sin usarlas. Debería saber dónde ponerlo.

El silencio es una tortura cuando escucho retumbar los mismos nombres en mi cabeza.

La música es consuelo cuando el resto tortura.

La duda ofende, pero qué nos está pasando.

El pensamiento circular es pensar en ti, y pensar en ti, y pensar en ti, y pensar en ti y pensar en ti...
Y saber que soy idiota.

El frío es todo lo que siento después de correrme cuando por fin descubro quién soy.

El autoengaño son los vestidos de fiesta que me pongo cuando estoy tristísima.

La infidelidad es entender que no es lo mismo que lealtad, y que siendo más importante lo segundo se valora lo primero.
La infidelidad es entender que estabas drogada y que serena el único nombre que te consta es el de quién duerme a tu lado. 
La lealtad es un perro que después de oler el culo a media manada te chupa la cara. Gilipollas.

Comprender qué había pasado fue confundir tristeza con estar ante alguien triste, porque 'hay algo más triste que dar pena, y es dar miedo', y tú ganaste el primer puesto.


jueves, 7 de septiembre de 2017

Si vemos las sombras es porque hubo luz.


Darte un suspiro fue perder el aliento,
caminar muy despacio por si rompía lo que había muy dentro,
sondear un amor en mitad de un concierto,
sollozar un recuerdo quedando en silencio.

Me perdí en el mismo prisma que habitaba en tus ojos, me quedé colgada en una sonrisa inhabitable, quizá tuviste razón y ¿Por qué fue tu boca?
Ahora que pregunto y la única respuesta a veces la olvido, ahora que tiro la moneda que porta dos caras, ahora que juego a reírme a escondidas por si ya nadie me salva.
Dime de qué incendio saliste tú que viniste con pinta de llevártelo todo,
dime de dónde narices sale esa luz, que me ha apagado lo que era muy cierto.
Dime si ahora eres tú o le estoy rezando al maldito silencio, dime ahora que porto la cruz si fue este tu único mandamiento.

Ahora preguntas dónde está mi casa después de pisar todo lo que había dentro.