lunes, 6 de noviembre de 2017

'Fin de temporada para todos los amantes de lo ajeno.'




Soy mendigo ante todas las tareas que dejé pendientes en mi vida anterior,
vagabunda en las calles que me recordaban a ti,
transeunte en una ciudad deshabitada,
en la que ya sólo habitas tú,
sólo habitas tú.

Me pierdo como hojas entre el viento que me lleva hasta tu calle,
vaciar una botella no es más que irse llenando de cientos de pensamientos.
Necesitaría todos los discos de Quique y los nuevos temas de rap,
para diferenciar bien entre lo que me mata y lo que me hace resucitar.

Nunca entendí bien el juego de los columpios hasta que aprendí a usar la soga.
No quedan pañuelos para secar las lagrimas que no somos capaces de soltar,
ni vacío que nos deje en paz,
ya no quedan pañuelos aunque queden cosas por tapar,
ya no aprencian el silencio los que no supieron que había charcos en los que es mejor saltar,
ya no sabe nada de muerte quien nunca aprendió a cantar,
sobran muchos hombres para tan poca virilidad.

Llámame cuando te sobre tiempo
y lo compartimos
una vez más.