jueves, 29 de diciembre de 2016

Asterisco.



No se puede cargar una escopeta con miedo. No podrás disparar.
Estoy tan asustada que abrir los ojos me sigue pareciendo una película de terror. Me tapo los ojos.
Caminaría sobre el filo de la navaja. Haría el pino sobre cristales. Dormiría en el barro. Masticaría arena. Jugaría a la ruleta Rusa.
Pero quítame el miedo.
Repetir una vez más: No tengas miedo.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Efímero.


Será que soy imbécil. Me lo digo siempre "eres imbécil". Hay que admitir cada imbecilidad que se hace en la vida. ¿Cómo le cuentas tú a alguien de quién no has estado enamorada en la vida, que siempre? Toda esta muerte.
Quiero evitar que salga mal todo lo que entre. Quiero evitar que salga. No soporto las pérdidas, maldigo cada 19, por eso hoy escribo, para decir que no sé echar de menos. Me agobia la ausencia, me incapacita el pensar, pero ¿Cuánto llevo sin llorar? ¿Llorar implica soltar lágrimas? ¿Llorar también es suplicar? ¿La súplica es una lágrima?
He estado pensando que la mejor manera de enterrar el dolor sería que mi cadáver fuera encapsulado en una máquina frigorífica esperando que el amor de mi vida me coma el. Y me despierte. Qué ironía lo del frío que te mueres. ¿De verdad eso nos va a devolver a la vida?
Odio a toda esa gente que no se atreve a quemar recuerdos, míralos, queriendo seguir adelante sin borrar las fotitos de sus perfiles, sin tirar las notitas a la chimenea, sin ver cómo el camión de la basura se lleva esa cajita. Ahí, sí, ahí me dais pena, ¿Cómo vais a pasar página con la de peso que le habéis puesto encima?
No me olvidaré de ti, verás, como mucho lo que puede pasar es que me acuerde de mí. A veces me llamo y no contesto.
Echo de menos tan fuerte que detonaría todas las estaciones del país. Tanto hablar de alas para acabar cogiendo un taxi.
Que me queráis tocar es algo tan irrelevante, como vuestra respiración. Mi cuerpo hace música y nadie ha sabido hacerlo sonar. ¿Me explico?
Si estoy cuerda es porque tampoco me han sabido atar. Si estoy loca es por la nota, do, re, mí, bah.
Mi coño sí que es efímero.
Como todo lo que no esperas.


martes, 13 de diciembre de 2016

Jamás.



No me gustó follar contigo, deberías saberlo. Hay cosas que jamás voy a explicarte.
Nunca has tenido ningún derecho conmigo. Todo lo haces mal.
No me gustó que no entendieras que por encima de cualquiera la elegiría, siempre ha sabido subirme a la cima.
No voy a fingir jamás una vida plena en las redes sociales, si lo subo, entended que sea real. Y vosotros estúpidos.
Si vivo en el limbo la coronaré como diosa.
Nunca he escuchado tu opinión, tu vida siempre me ha dado asco. Aunque ahora sólo seas un saco de indiferencia.
No me alegraré si te mueres, pero jamás te lloraría.
Tampoco me gustó follar con 30. No me acuerdo del nombre de las 20 primeras.
En mi cabeza siempre existe la posibilidad de. Y nunca es tuya.
No me gustó que me invitaras a tu casa, sólo quería largarme. No me gustó que te quedaras a dormir, te quería en la cuneta.
No me gustaron todas esas chicas que me hablaron de amor, yo sólo pensaba en ella.
No me gustó que no me dejarais ser tan monógama. No estaba con nadie.
Tampoco me gustó que no entendieran que abandonara cientos de cosas por la idea de escribir un libro que nadie sabe que existe, es mío.
No me gusta la posesión desde que sé que sólo puedo ser mía. Me hubiera entregado a quien estuviera dispuesta a tirar la llave.
No me gustó nada de mi pasado, estoy tratando de abandonarlo y aún queda un largo camino. Ayer será otro día, y pasado será mañana.
Vivo porque de algo hay que morir. Me parece estúpido que sigáis sin comprender que lo haga de ella.
Sois patéticos en cualquier parte, me da igual lo que escuchéis. 
No me han gustado las manos de otra. 'Tienes las manos más bonitas que me han tocado en mi vida.'
Sois unos intensos de mierda, no tenéis derecho a creer conocerla.
Me dais asco, jamás volvería a pasar por alguien por quién ya pasé de largo.
No me dais pena; soy humana, nunca entendí por qué vosotras no.
Tengo un montón de números de teléfono a los que no llamaré jamás: el de vuestras agendas sigue siendo falso.
Tengo un montón de historias que inventarme para que los que me conocen sepan que lo hago fatal.
De la última vez que follé con alguien lo que más recuerdo es el pánico a que se vaya.
Si el presente es un regalo espero que alguien sepa romper el papel con la mismas ganas que un niño el día de Reyes.
Si escribo esto es porque quiero que la gente sepa que en mi pasado ha habido un montón de cigarras estúpidas. Pero que jamás, jamás, escribiría un libro mencionando un nombre de mujer, si debajo de este no hay un Tesoro.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Sin imagen.

No intentes justificarte si un día decides terminar con esto y te das cuenta de que llevas demasiado tiempo arrastrando tu pasado. Yo ya lo sé, y tú no eres consciente. No me gusta esta boca del lobo, entiéndeme: yo busco la paz y si esta es tu mierda de guerra...  
Vivo al borde de una mentira y si me tiro apostamos porque vas arrepentirte de no haber sabido pararte. No me voy a basar en un tirarse al resto. Nunca he sido normal si vuestra mierda de normalidad no es servirle un café a una camarera cansada. Encaja esto.
Entiende que si un día te vas nada va a justificar que lo hagas, no prometas lo que no puedes cumplir. Si un día te vas, no querré que vuelvas nunca más.
Nunca he tenido la paciencia suficiente como para esperar a que alguien equilibre su balanza y poder caer del lado que no quieres. Pero aquí estoy, muerta de miedo y ganas. Nadie vendrá a mi entierro porque nadie sabrá que yo ya había muerto de otras cosas tontas. Nadie me hará todo lo que tú me has hecho, porque nadie nunca, siempre.
Y yo sólo sé escribir todo lo que no me atrevo a decirte.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Play.



Debería haber una canción para todo.
El día que nacemos debería sonar una melodía que nuestros padres nos enseñasen el día que por fin tengamos uso de razón, para poder desperdiciarla y volvernos locos.
El día que damos el primer beso, debería sonar otra que hable de la hostia que nos vamos a meter un tiempo después, para ir ya curaditos de espanto.
Cuando nos enamoramos por primera (y a veces única) vez, debería sonar algo así como la banda sonora de una película de terror. Dejaos de canciones cursis.
El día que nos atrevemos a llamar guapa a una chica, sin venir a cuento, sin necesidad de conocerse, debería sonar una canción estúpida que te advierta de que van a acusarte de desobediencia e infidelidad, quizá, pero la chica va a seguir siendo guapa y tú idiota, y además imbécil por pedir perdón.
Deberían existir canciones para medir el grado con el que vamos a pensar en follar hoy y con las ganas que nos vamos a quedar mañana.
Deberían programarse solas, así, con un chasquido, esa sería la magia, ¿Lo entiendes?
Debería sonar ahora mismo esa canción que canté una vez con una chica que no conocía casi nada, pero me dejó ver que hay canciones que son como tréboles de cuatro hojas.
Deberían aparecer en mi móvil todas esas canciones alegres que necesito escuchar cuando estoy en la mierda.
Debería sonar el día de nuestro funeral la favorita, ¿Quién no ha pensado alguna vez en morirse mientras sonaba una canción?
Deberíamos bailar todas las canciones que existen ahora que no sabemos cuánto va a durar la siguiente pista.
Dale al Play, yo hace tiempo que estoy lista.