martes, 3 de noviembre de 2015

Hot-el(la).

Una mala noticia provoca un grito en la habitación 155. Un grito causa un infarto en la habitación 159. Un cuerpo cae desplomado al suelo y suena el golpe en la 149. Cae una lámpara que incendia la 149, 148 y 147. Todos somos evacuados y tú no estás para sanarme. Ni para tonterías.

El teléfono suena tres veces, la puerta cinco. No contestas. Quince cartas sobresalen del buzón, y tú no apareces para leerlas.

Tres. Cinco. Quince. Nunca sé me dio bien contar si no es contigo.

Te espero desnuda y ya he encendido la luz cuatro veces. Ya sabes, siempre hay alguien que mira. La piedra en la ventana me rompe los cristales. Por ti masticaría piedras que después escupiría al resto. 
Suena una canción y no me tocas. Ya estoy pensando en follarte y ni ha llegado el estribillo. No me tocas.
Vamos a echarlo a suertes, quizás así me toques.

Caliento café para siete vidas. Contigo viviría otras sietes y querría morirme catorce. Ni lo sueñes; de esta no salimos con vida.

Podríamos salir esta noche. Ponte cualquier cosa que quiera quitarte.
Ambos sabemos que antes del siguiente mensaje voy a quedarme dormida. Tira tú la botella al mar.

El hotel que ayer llevaste a la ruina sale en los periódicos, la radio lo ha dado vueltas y el telediario lo ha vomitado.
¿En serio no te has dado cuenta?
Suena tu puerta y abres. No hay flores, ni vino; más bien un "se fue".

Tendrás que reconocerlo, mil personas salen corriendo de un hotel porque tú has llamado para decirme que, esta noche tienes una reunión y no vas a poder asistirme. Estás a tiempo antes de que otro imperio caiga, esta noche... ¿Me tocas?


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