miércoles, 2 de julio de 2014

Pum.




Qué desastre, quién va a aguantarlo si ni yo misma puedo.
Ojalá recordarte sin tener miedo -que a mí no se me quita-.

Te vas con la pena a otras partes, las que tocas y me partes.
Esta no es la vida que soñé en la anterior,
no es la que nos regalaremos la próxima,
ni la final que nos quedará,
siempre al final.

Si supieras por qué escribo,
si supieras por qué llevo tatuada tu risa,
por qué rechazo flores cuando te tengo a ti por todas las primaveras.

Si pudiera follarte ahora mismo...
si pudiera salvarme tirándome al abismo que hay entre tus bragas...
Húmedos mis dedos.

Si pudiera ser aquello que no olvidases en toda tu vida
y media.


Si pudiera tratar a mis propios sentimientos como a mis huellas dactilares cuando las destrozo por tu cuerpo.
Si pudiera escribirte todo esto con la lengua desearías que fuera invierno para siempre.

Todos mis monstruos están en mi armario.



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