sábado, 4 de marzo de 2017

Miss Salamanca.

'No tengo ningún talento. Tengo una necesidad, no soy una soberbia. Escribo por necesidad. ¿Me entiendes? Escribo por necesidad. Si lo hiciese por otra cosa, explotaría yo. Si tú necesitas explotar el tuyo, prende la mecha. Soy la piba que apuesta hasta por el proyecto de la piba que le jodió la vida. Estaré ahí si de verdad creo que tienes una vocación que no sea llevar un Lambo a 50.'


Me importa tres cojones el frío de ésta ciudad, porque es como taparse con las sábanas ante el miedo de que aparezca un asesino en serie y nos mate; no protege pero calma. 
Ni si quiera soy consciente aquí de con qué pie me levanto, pero me atrevo a decir que no es el izquierdo si hoy vuelvo a cruzarme contigo y vuelves a hacerme temblar. Eres un tsunami en una ciudad sin mar.
He amanecido con riesgo de multa por insistir en aparcar en tu portal, aunque la luna permanezca helada y con el miedo a meterme donde no me llaman: te espero de espaldas, pero a ti nunca te la daría. Quiero volver a escuchar tu voz haciéndome soltar cualquier tontería. Hazme parecer estúpida. Ríete al darte cuenta de que no.
Adoro ésta ciudad, porque pienso tanto en el frío que no me cabe pensar en otra cosa que no sea en la forma de que me lo quites
todo.
No sé cómo no he podido darme cuenta antes de que estaba tan cerca. No sé cómo no he insistido tanto antes.
La libertad me sigue pareciendo un pájaro con las alas en llamas que nadie sabe salvar, porque hablan de libertad como si supieran obtenerla, como si fueran capaces de dejar alguien libre de crítica y de rezos.
En todas la ciudades hay una puta que querrá pagarte con su propio cuerpo.
Las marcas en mis muñecas insisten en llamarte, es sábado y sé dónde estarás esta noche, sé dónde va a ser tu fiestón.
Siempre sin prisa, M.

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