Lo de siempre es reacción. Lo de siempre es que no te apoyen porque no les follas. Lo de siempre son trenes destrozados. Lo de siempre son las sonrisas
martes, 18 de abril de 2017
Aquí, lo de siempre.
Lo de siempre es reacción. Lo de siempre es que no te apoyen porque no les follas. Lo de siempre son trenes destrozados. Lo de siempre son las sonrisas
lunes, 10 de abril de 2017
Peligro inminente.
Ojalá fueras lo mejor del mundo cuando nadie es lo mejor del mundo.
Ojalá apreciaras el diminutivo de todas y cada una de las palabras que no dices, pero escupes.
Podrías deshacerte del miedo que das a los demás, nadie debería poder darlo.
Ni si quiera tú.
Mucho menos tú.
Me gustaría que todos los insultos con los que condenaste un día, llamaran a tu puerta la noche en que deseas dormir bien.
Que todos los juicios finales peguen fuerte en la mesa la cantidad de veces que has llegado a doler.
Que hoy tampoco duermas bien.
Que hoy tampoco.
Que la mano con que no meciste la cuna pero si apoyaste el vaso, permanezca a falta de cariño.
A falta de cariño, como tú, que tratas de exigirlo.
A falta de cariño, como tú, que no sabes darlo.
A falta de cariño, como tú, que jamás supiste recibirlo.
Ojalá alguien te hiciera saber que me hubieras evitado quitarme la vida, pero algo tuve que entender.
Que me harás quitarme la vida, y será tu turno de no entender.
Que querrás amarme con vida, y no sabrás hacerme volver.
Ojalá alguien hubiera entendido que a ti también te lo habría pedido y jamás lo hubieras podido comprender.
jueves, 6 de abril de 2017
Dos palabras tuyas bastarán.
A estas alturas ya deberías saber a perdonar. Perdonar en cientos de lenguas y en varios idiomas. Perdonar hasta que resulte imbécil. Perdonar harta que no sirva de nada. Hasta que no te quede nada que perdonar o hasta que no debas hacerlo más. Pero no olvides, de verdad te lo pido. Coloca con cuidado todo lo que te hizo daño en tu galería, y obsérvalo para saber por qué dijiste que no volverías a dejar que te hicieran daño. Tranquila, la rabia y el rencor se irán, y sólo permanecerá eso: el perdón y el recuerdo. Sabrás a ciencia cierta que debiste quererte mucho antes, pero no importa, tambén te vas a perdonar por eso. Olvidarás cómo llegaste hasta aquí, y eso ya no sirve de mucho, tienes todas las direcciones apuntadas. Tienes todos los nombres que un día te hicieron daño, también Madrid. Perdona las ciudades, perdona su descuido, pasea todos los lugares donde sientas que ha dolido. No olvides todo eso. Por su culpa eres quien eres, sientes todo eso, y por supuesto tienes muchas más razones que antes. Pero no te confundas: eres idiota. Y si se te vuelve a ocurrir dejar la persiana subida para que entre el sol sin permiso, vamos a tener tanto que perdonar que no vamos saber cómo hacerlo.