viernes, 17 de mayo de 2013

Declaración de (des)amor.



Son los frenazos, por dentro,
por fuera, a dos pasos.
Las rayadas por las noches,
las lágrimas hasta perder,
desde haber perdido.
No tengo fuerzas,
no de ti,
de tu dolor.
Te escondo en cada paréntesis como si quiera recordarte,
y aún así, sobrevivo a todo.
Aunque no te vea, ni te sienta, aunque no hace falta que me digas que no habrá próxima vez,
te espero,
como se esperan las causas perdidas,
en la cama,
cada noche,
por si las lágrimas.
Como quien no quiere darse por vencida,
pero ya lo ha hecho.
Como quien huye acercándose.
Quien no tiene miedo porque ya lo ha agotado todo.

Mi amor, te escribo desde el desamor, que sé lo que es, y no dejes de hacérmelo. Que tus mentiras a medias envenenan mi sangre a destiempo, como tu saliva aún recorriendo mi cuerpo (por dentro).
Que no te echaré de menos
(y otras mentiras).
Por que ya sé que desde que yo, tú no has cambiado.
Siento haberme creído hasta lo que no decías,
siento haberte sentido... no sabes cuánto.
Y ojalá nunca te duelan como tú de mal,
ojalá nunca sientas
y no dejes que te sientan.
Llámalo como quieras, 
pero llámalo.

Pero si acaso, alguna vez, te acuerdas de mí,
por favor, recuerda, que yo, te quise (y en presente), cómo jamás te querrá quién más te haya marcado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario