Imaginaba esta distancia desde tres pasos más abajo.
Doscientos cincuenta latidos y tú sigues ahí.
Te va a hacer reír,
y a mí,
no sé,
me olvida(s).
Qué poeta me lo iba a decir,
que no quería hacerme caso
y me rompí.
Algún día te señalaré
en qué frase
me mataste.
Algún día te miraré
y lloraré por mí.
Me queda buscar el vals,
para que no lo entiendas,
y me olvide de ti.
Que no fueron ni una, ni dios,
ni tres...
Y habría querido más.
Esa es la mayor de las putadas.
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