martes, 17 de junio de 2014

Sálvese quien quieras.


Creo que si alguien tiene los cojones para romperte el corazón va a tener que vérselas conmigo,
que si tanto tiene,
tan poco vale.

Que te juro que si alguien se atreve a cruzar todos esos puentes contigo sólo para después verte caer,
le van a tener que salir alas si no quiere que lo mate.
Va a tener que aprender a correr mucho más rápido de lo que pueda,
porque si alguien te hace daño, voy a matarlo con mis propias manos, y a asegurarme con las de otro.
Voy a enseñarle lo que es malo, que lo que es bueno ya lo habrá aprendido contigo.

Igual después tengo que llamarte para que te rías de todo esto,
de aquello,
y quizás de lo que aún no se ha inventado.

Te aseguraré a todo riesgo, para que tu corazón se repare lo antes posible,
no romperlo aún no entra dentro de este seguro que llaman “vida” y yo prefiero llamarlo por cualquier otro nombre que se me pase por los dedos.

A lo mejor me equivoco, y la rompe corazones vas a ser tú,
voy a tener que aprenderme de memoria todos tus gestos
a ver si así consigo saber qué coño te pasa cuando no quieres que nadie se entere.

Quizás tu manera de bailar siempre nos está apuntando a alguna parte, sea risa, sea sueño.. sea lo que seas.
Tengo mil motivos por los que salvarte de todos, pero me va a ser imposible salvarte de ti, ni yo misma podría hacerlo. No quiero.

No te has mirado a los ojos, y yo tampoco, pero me encantaría.
No sé tu forma de reír, pero sé cómo salvas el mundo, y el mundo se muere de ganas por salvarte a ti,
pero siempre hay idiotas rompiendo cosas por no saber cómo tenerlas, o por el simple hecho de no perder su reputación.
Malditos hijos de puta.

Menos mal que aún quedan manos en las que curarse...
Benditos poetas, que se atreven a habla de ti sin conocerte,
y bendita tú que desde que no te conozco me muero por hacerlo.


Desde que todos te miran, saben perfectamente lo que quieren.


No hay comentarios:

Publicar un comentario