martes, 10 de septiembre de 2013

Roma no arderá, pero sí la cama.

El frío joderá, pero nosotras vamos a jodernos más fuerte.



Te voy a dar tanta guerra como orgasmos,
y voy a perder la cuenta queriendo(te),
y tú, por imbécil.
Vamos a volver a empezar,
sin dejar que se escape demasiado el silencio.

Ya me tragué el orgullo, ahora quiero tragarme todo el agua que llevas dentro.
Lamerte las heridas hasta que desaparezcan y tenga que volver a hacértelas a mordiscos, 
y repetir el proceso,
de comerte,
y dejar por ti un camino de besos.

Voy a chuparte el sueño como si te estuvieras derritiendo.

Te voy a llevar de la mano hasta la cama, y voy a jugar con las mías hasta que no puedas ni mirarme a la cara.

Voy a meterte la lengua en el centro del planeta que eres,
y a darte vueltas hasta que se entere el último coche que pise tu ciudad.

Vas a tiritar de ganas, y voy a hacer que te tiemblen las piernas.

Voy a follarte con y sin amor,
con y sin porros,
con y sin alcohol,
con y sin sol,
con y sin música,
con y sin lluvia,
sin ropa.

Voy a atarte y a ajustarte las cuentas de punta a punta
hasta que lo sepa todo el bloque;
tú vas a ser mía.

Voy a ponerme de rodillas sin necesidad de pedirte nada,
y te voy a dar en todo.

Vamos a echar a corrernos tantas veces como lo hemos pensado y no nos va a sobrar ni faltar una sola.
Tranquila, pienso ir muy despacio.

En algún te vi sentarte, y pensé en abrirte las piernas con la punta de la lengua.
En algún momento vas a caer,
y yo estaré encima.

No te preocupes, mi amor, voy a dejar que me hagas lo que quieras, sobretodo tuya.


Roma no arde porque no quieres, guapa.





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