jueves, 22 de mayo de 2014

Sóplame el agua.


El miedo es un beso.



Llevo media vida buscando alguien que sepa mis puntos débiles
y no pueda parar de hacerles cosquillas.

Alguien que baile todas esas canciones horribles
sólo por verme la risa.

Alguien que sepa cuál es mi película favorita,
y sin qué serie podría irme a dormir, pero no quiero.

Que sepa con qué canción bailo y qué canción canto.

Que apunte a mis monstruos
y me bese después.

Que no quiera convencerme de nada,
que no me pida salir a bailar,
porque sabe que es la única forma de sacarme.

Alguien que juegue
con el gato, con el perro y el ratón,
pero nunca cómo.

Alguien que no pregunte por qué, ni por qué no,
pero que tampoco me dé motivos para preguntárselo.

Alguien que saque helado del congelador,
para comernos la pena.

Que cambie el agua de las flores del jarrón.
Por vino.
Y se quedó.

Que me dé mucho
pero que mucho
sueño.
Y me los cumpla todos.

Alguien que no necesite estar con otras para ver que las comparaciones son odiosas.

Que me eche de menos cuando esté,
porque sabe de sobra lo que tiene sin necesidad de perderlo.

Alguien que prefiera complicarse la vida a vivir sin mí.


En definitiva; alguien tan distinto a ti, que me dé vértigo mirarle a los ojos, y verme ahí escondida. 



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