Primero míralo;
Ya he mirado atentamente tu nuca
con ganas de quedarme susurrando.
Las palmas de mis manos te han
pedido
a gritos
a gritos
mi corazón,
y estaba en las tuyas.
y estaba en las tuyas.
Y aún puedo escribirte
para acariciarte por sorpresa.
No dejes que nadie te diga que no
mereces la pena,
si no,
llorarte tanto,
de qué.
Ojalá pueda ser yo quien te bese muy fuerte en la frente.
Hay una canción que no deja de
repetirme que “hoy también te echo de menos”,
acuérdate
de
mí
corazón,
acuérdate de mi,
acuérdate de que contigo las copas
saben mejor,
y las calles son más bonitas,
y las noches menos tristes,
y las cervezas hasta saben bien,
así que, por favor, no se te ocurra
morirte nunca.
Yo te seguiré leyendo con las ganas,
y quedándome,
por si vuelves.
Tal vez nunca deje de acordarme de ti.
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