jueves, 29 de junio de 2017

Primer mandamiento: No cosificarás.

Soy verbos inutilizables. Mi vida es un precipicio con caída a tu boca.
Ya no quiero despertar.
Me quedé soñando despierta.
No me he querido dormir desde entonces.
Mis canciones son tu risa.
Volvería a ti bailando.
Quiero que espantes mis moscas mientras se mueren de celos.
Quiero que acunes mis ideas.
Quiero pisar tu animalito salvaje hasta dejarlo indefenso.
Te echo de menos como si todos los castillos hinchables en los que los niños aún juegan se desinflasen a la vez. 
Te echo de menos como si no pudiera perdonar tu ausencia.

El mundo no es una mierda cuando estás en mí. Vámonos a los tejados, mi amor.

Necesito amontonar mis libros encima de la cama y que tú elijas cuál leer conmigo.
Que te vengas encima, no miraré donde no estés tú. 
Quiero volver a odiar que pongas Taylor Swift en mi coche.
Quiero no salir de ti.
Quiero que la palabra redundancia sea otra redundancia, pero que nunca sea redundancia que no haya nada.
Quiero que mi nombre siga siendo tu bucle.  
Quiero que me desgastes. 
Quiero que sigas buscando la cura.
Quiero besarte en todos los lugares públicos porque ya sabemos de sobra que nada es lo único que nos importa el resto.
Quiero besarte. Aquí y ahora: ven.

No hay comentarios:

Publicar un comentario