lunes, 17 de junio de 2013

Hablamos de madre.


Despertarse diez minutos antes de verte ir,
como excusa para madrugar.

Te he visto llorar,
y llorarme,
y aunque sé que los "para siempre" no existen,
pero no dejes de decirme que siempre vas a estar ahí.
Nunca me habían hecho llorar así,
ni me habían pedido tan fuerte que,
por favor,
no me muera.
Y tú,
por favor,
no te mueras,
nunca.

Sabía que acabaría escribiendo esto,
aunque sepa que mis textos no te convencen,
pero te gusta como escribo.

Ayer volviste a abrazarme tan fuerte...
que ni si quieta te diste cuenta que al decirme “ojalá pudiera dártelo todo”, ya me lo estabas dando.
Me estabas dando vida,
y haciendo que me diese cuenta de que me tengo
en pie.

Sé que nadie va a quererme jamás como lo haces tú,
y por eso,
que quede claro,
que pienso matarme si te mueres,
y morirme si me lo pides.
Y vivir... que sé que te encanta,
y que quiera hacerlo,
también.


Sí,
he vuelto a escribir,
por miedo a que queramos borrar.

"Yo sólo quiero no dejar de tenerte, por dios."

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