De repente un día,
pero de noche,
lo escribes.
Y me doy la vuelta, y me voy,
como quien se tira con más miedo que
ganas.
Y bebo,
como si llevase toda la vida en tu
desierto.
Me fui,
mientras esperaba sentada en frente de
un paso de peatones que aparecieras.
Como si quiera verte y seguir fingiendo
que no nos conocemos.
Parezco nueva.
“Apartate.”
Que ya sabes que puedo decir “adiós”
pensando en un “hasta pronto”
cientos de veces.
Pero creo que a veces es al revés.
Y me da más vértigo.
Un día,
te acuerdas de otro,
y prefieres no escribir más.
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