domingo, 2 de junio de 2013

Todo lo que duele(s).

Imagina una ducha de agua fría,
pero por dentro.
Imagíname gritando a la pared
con ganas de que alguien me salve,
sabiendo que nadie, excepto tú, podría haberlo hecho.

Tendré que aprender,
aprender que está vez si será el final,
que no me olvidarás,
porque nunca me has recordado.
Y tengo que hacer la maleta,
para vaciarla,
y hacerme a la idea,
y deshacer todo lo demás.

Yo no encuentro nada sin ti,
y por eso, en nada me quedo.

De tantas ganas de dormir contigo,
me he quedado con ganas
y sin sueño.

Ojalá decir que eras tú,
y que siempre serás,
fuese una mentira de mi corazón,
que me estuviera engañando,
aún sabiendo que jamás,
que nunca,
y que siempre,
te querré a ti, como a nadie.

A veces un “lo siento”
es todo menos una disculpa.
Y lo siento,
y te siento.
Y me dueles,
y me hielo.
Y tú, me deshaces,
para no hacerme,
quizás
nunca
más.

Y yo no ser.


Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos.

2 comentarios:

  1. Estaba escribiendo algo parecido, aunque no en forma de poema... no me atrevo con tanto. Cuan necesario es a veces hacer la maleta, irse lejos... y nunca hacerlo porque sabes que serás tú la que echarás demasiado de menos...
    Me ha encantado

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    Respuestas
    1. Hay que arriesgarse en esta vida. Atrévete :)
      Echar de menos se queda corto; es echar de más, pero siempre porque es mucha cantidad. Y yo hago la maleta, pero siempre se me rompe y acabo perdiendo la cabeza y las ganas, como se pierde la vida cada vez que llamamos "dolor" a cualquier ausencia.
      Muchas gracias por leerme :)

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