viernes, 3 de febrero de 2017

El amor hacia atrás.



Te hubiera querido para siempre. Me hubiera abierto heridas para que pudiéramos bañarnos en sangre. Te hubiera plantado jardines enteros con tus flores favoritas. Hubiera visto todas tus películas, todas las que sé que jamás veré porque sé que sólo era por mantenerte al lado. Me hubiera arrancado la piel para que tú no volvieras a pasar frío. Te había hecho un vestido con saliva cada vez que hubieras querido ver el mar. Me hubiera mojado contigo bajo la lluvia. Me habría arrancado el pelo con tal de volver a discutir contigo, porque era contigo, porque estabas, discutir significaba que estabas, que al final alguien diría "te quiero". Los mismos que ya no me creo. Habría naufragado por ti. Habría puesto tu nombre a una niña en un parque y hubiera jugado con ella hasta que no pudiera parar de reír. Te habría llamado cualquier noche para recordarte "estoy aquí", porque estaba ahí, joder, estaba ahí y no me veías. Estaba de espaldas al mundo porque tú eras mis vistas favoritas, todo lo que quería ver, todo lo que quería besar, todo lo que quería sentir.  Hubiera seguido sacando las uñas por ti, y me encantaría no haberme equivocado escupiendo en las palabras que me regalaba el resto. Me habría quemado las manos para salvarte de cualquier infierno.   Hubiera querido vivir cien vidas más sólo contigo. Me habría aprendido todas esas canciones que decía que odiaba pero me encantaba que aparecieras cantando. Hubiera viajado contigo a cualquier país, me hubiera mudado, me hubiera arruinado y quedado a vivir en tu portal. Hubiera velado por ti cada noche. Te habría encendido mil velas, porque contigo creía en la suerte.
Ahora ya no creo. No creo en nada. Me miro en el espejo y no me creo, porque todo lo que se destruye no se puede volver a construir. Ahora no siento paz, ni quiero dar guerra. Ahora contemplo el silencio como una bala que me atraviesa llevándose todo lo que hay dentro, pero sale poco a poco. Me desangro. Ahora me desangro. Ahora que sé que no volvería. Ahora que sé que ya nunca. Ahora que se han acabado todas las partidas, que la máquina está rota. Ahora que ni si quiera puedo desearte que seas feliz. Ahora que el resto me da igual como antes, pero ahora el resto somos todos. Ahora que mamá me llama y no sabe dónde estoy, ni yo tampoco. Ahora que paseo sola por calles en las que no habita nada. Ahora que no me gusta la ciudad, que no puedo pasear contigo, que no me gusta el campo, que maldigo la tierra, que me falta el aire. Ahora que lo único que queda es cerrar los ojos para que mamá vea que su hijita al menos así está tranquila. Ahora que me desvelo y siempre tengo pesadillas. Ahora que me sobra tiempo. Ahora que me sobran palabras. Ahora que no puedo ser, ni estar, que sólo puedo parecer. Ahora que me reconocen triste y se atreven a preguntar pero yo no a responder. Ahora que no sé cuándo dejaré de llorarlo todo. Ahora que mastico la soledad. Ahora que el "nosotras" se quedará en la cuneta. Ahora que nos hemos abandonado. Ahora que sólo tomo pastillas y mucha agua, doctor, y mucha agua. Ahora que nadie lo entiende. Ahora que no hay luz y nadie la enciende. Ahora.
Ahora que no seré un caballito de mar, vendrán otras. Pero no tendrán tus manos. No me calmarán con tu voz. Que no les gustarán las mismas películas que a mí no. Que no me llamarán por los mismos nombres que tú. Que no coserán en mi cuerpo las heridas que me hicieron. Que nadie más tendrá ese derecho. Que no volveré a tropezar con nadie dos veces. Que no volveré a mirar a otro lado por no ver que algo va mal. Que no volveré a volcar mi vida. Que no guardaré los recuerdos de nadie. Que no dejaré de hacer algo por tener a alguien. Que no dejaré que vuelvan a hacerme feliz como lo hiciste tú para luego tener que decir adiós. Que algún día me encontraré con alguien y seré sólo yo. Pero, ¿Ahora que hago con toda esta rabia? ¿Con todo el deseo de que sientas lo que siento? ¿Con todo el odio que sólo sientes cuando sabes que realmente se ha acabado?
Y que no es mejor así, para qué más daño.
Y que no es mejor allí, para qué más daños.
Y que no es mejor sin mí, para qué más años.

lunes, 23 de enero de 2017

Drugs.


Coge algo de fuerza para no saber cómo mentirte.
Llama a deshoras a un número al que no conteste nadie.
No aparezcas por casa esta noche.
No preocupes a tu madre.
Limpia esas lágrimas.
No preocupes a nadie.
No te acuestes.
No te duermas.
Calma esos latidos.
No vayas a preocuparte.
Vuelve si no sabes cómo hacerlo.
La vida sale cara.
No te vayas a preocupar por la factura.
Ten paciencia contigo.
No dejes que nadie entienda que lo peor que se puede desear a alguien es miedo, y que tú te lo has quedado todo.

'Que no, pequeñita,

que nadie te ha tratado peor que tú,

pero casi.'


jueves, 19 de enero de 2017

Catarsis.


La magia de no ver los paisajes sola. De dejar que haya trenes que pasen de largo porque ya no importa tanto llegar, pudiendo quedarme un rato más contigo.
La inocencia de sentir a la muerte como una extraña dispuesta a llevarse todo lo que te rodea, tus libros, tu música... Pero te deja los recuerdos y el abrazo de quién siempre está, porque los que sufren son los que se quedan. Y tú sabrás que no se crearán recuerdos nuevos con esas letras que no has llegado a leer o escuchar. Pero te quedarán unas manos agarrando fuerte las tuyas, parando de follar para darle otra vez al Play, tomándose un descanso tras los polvos para leer eso que huele a ausencia pero marca su presencia. 
A veces no entiendo qué es el amor, pero me lo invento. Imagino un montón de recuerdos futuros que me llevan a todos los funerales donde tú siempre me abrazas. Me invento discusiones para las que siempre, siempre - ¿Me oyes? Siempre - encontramos la reconciliación perfecta. Pero no puedo prometerte que no vaya a enfadarme, me diseñaron para patalear en los charcos antes que ahogarme en ellos, por eso entiende que no me calle, entiende el cruzar de brazos y el mirar hacia abajo como la petición formal de un abrazo.
Entiende que por ti reconocería despreciar a esa chica que escribe cosas a las que yo no prestaría atención pero tú no se la quitas, e igualmente te leería todas las noches sus libros hasta que me sangrara la lengua con tal de que tú concilies el sueño. Que te arroparía con sus versos sacándome los ojos, pero ojalá no vuelvas a tener fiebre. Y no te pediría que hicieras lo mismo, el amor es no esperar nada a cambio, porque mi mayor premio es saber que estás. Entender hasta dónde estarías dispuesta a llegar y comprender que no quieras. Pero a mí sí. (Y yo a ti, cariño, y yo a ti. Por todo el que te tengo).
Necesito que entiendas que mis límites de velocidad varían según las ganas, y cuando corro sólo puedo pedir que seas tú quien no se muera nunca.
Mi vida es un carnaval en el que yo no salgo de casa por miedo a que otros no entiendan que mi disfraz es éste, que mi cuerpo no es mi cuerpo, que mi cuerpo a mí me daña y a veces ni lo siento, ni lo padezco.
Mi amor, te acompañaría a todos los funerales que te hicieran llorar, aún sabiendo que me dan pánico los cementerios y mi tendencia a la depresión se vuelve catarata. Pero jamás me vuelvas a preguntar si iría al tuyo; si te mueres hoy, me mato mañana.

domingo, 15 de enero de 2017

'Te quiero porque me presentaste a mí misma y me caí fatal.'

Te quiero con la fuerza con la que se quiere a los 23 y la ilusión de los 18. Te quiero con esas ganas con las que deseas volver a casa. Te quiero sin recordar el día exacto en el que te conocí, pero con la certeza de saber que aplaudo cada fracaso porque ahora estás aquí. Te quiero con la inocencia de los 15, pero con los dos dedos de frente que prometen tocarte. Te quiero con mi lengua que se transforma en líquido cuando tú bajas la guardia. Te quiero en cualquier estado, nación o país. Te quiero también cuando el día es de colores pero tú lo prefieres gris. Te quiero en cada una de las siete letras que forman tú nombre. Te quiero cuando eres idiota y disimulas fatal. Te quiero por todos los meses en los que ha sido arduo hacerlo. Te quiero, porque tú eres una estación y en ti no siento frío, porque en ti me bajo, porque contigo me quedo. Y en ti... daría todo lo que aún no tengo por quedarme en ti. Por quedarnos. Porque contigo sólo pienso huir agarrándote la mano. Porque eres mis ganas de no mirar a otra parte. Te quiero, porque contigo las canciones suenan distintas. Te quiero, porque no sé nada del amor, pero cada ven que le nombran sólo puedo pensar en ti.
Te quiero desnuda, y quiero recordarte justo en el instante en que no corra ni el aire entre nuestros cuerpos que eres preciosa. Y que no he visto en el espacio algo que me guste tanto, que me guste como tú.
Te quiero, porque la respuesta a la ecuación de un tú y yo es un nosotras. Y el resto me parece una película aburridísima con actores de pacotilla.

miércoles, 11 de enero de 2017

'Será mi plan perfecto para ti.'

"Estaba convencido de que algún día llegaríamos a estar juntos. Puse todo mi empeño y esperanza en aquello. Pero pasó el tiempo, unos cuatro meses, y me di cuenta de que no necesitas tanto tiempo para darte cuenta de que quieres estar con alguien. Pasó otro, ni mejor ni peor, sólo otro."


Anuncian en todas las televisiones la llegada del terror, en mi cabeza resuenan los disparos y ya no sé cuánto de verdad oigo y cuánto de imaginación. Lo bueno de tener tantísimo miedo es que te lo quiten.
Los médicos dicen que no estoy mejor, ni peor, dicen que simplemente estoy. Tranquila, entre los 22 y los 30, encontraremos una solución con la que podrás temblar durante unos meses, pero estarás menos ciega, aunque igual más enamorada.
He deseado muchas veces lo mejor a gente, pero tuve que irme. Sólo se le debería desear a quien sabe lo que tiene sin necesidad de perderlo primero.
¿Sabes lo que más me gusta de los semáforos en rojo? Cruzarlos corriendo.
¿Sabes lo que más me gusta del amor? Que me lo trago todo, menos las mentiras.
¿Sabes lo que más me gusta de conducir?  Que aprendí a respetar tus señales.
¿Sabes lo que más me gusta de bailar? Que nadie mira.
¿Sabes lo que más me gusta de la paz? Que tú me declaras la guerra.
¿Sabes lo que más me gusta de esperar? Mi impaciencia.
¿Sabes lo que más me gusta de ilusionarme? La reciprocidad.
¿Sabes lo que más me gusta de la realidad? Que estés en ella.
¿Sabes lo que más me gusta de las relaciones? La falsa seguridad en la que puedes vomitar 5 veces al día.
¿Sabes lo que más me gusta de los contratos indefinidos? Pasar la prueba.
¿Sabes lo que más me gusta de todo lo que me gusta? Que necesito algo que ya poseo: mis manos.
¿Sabes lo que más me gusta de sacar la lengua? Lamerte el coño.
¿Sabes lo que más me gusta de hacer el amor? Follar.
¿Sabes lo que más me gusta de los bancos? Que están desde que naces y hasta que te mueres.
¿Sabes lo que más me gusta de las canciones tristes? Que me dan risa.
¿Sabes lo que menos me gusta? Dejar que pase el tiempo como si pudiera poner las cosas en su lugar, cuando tú no sabes hacerlo.
¿Sabes lo que menos me gusta de la duda? Que me pongas en ella.
¿Sabes lo que menos me gusta de los celos? Cuando lo único que tienes el miedo a hacer lo que tú ya estás haciendo.
¿Sabes lo que menos me gusta del miedo? Que lo usen como excusa.

jueves, 5 de enero de 2017

¿?


No sé si quiero escribir. Bueno, no sé casi nada. Ni si quiera el número de personas que me conocen. Maldita sea, ¿Cuántas personas me conocen? ¿Cuántas saben lo que hay realmente dentro? Oigo eco.
Quieren conocerme y no se atreven a preguntarme qué guardo dentro detenidamente. Interesarse un poquito cada día.
¿Por qué no hablo? A mí tampoco me interesa. ¿Por qué me escondo? ¿Desde hace cuánto no me gusta todo lo que no me gusta? ¿Y lo que sí? ¿Cuántas veces no me he creído nada de todo lo que envolvía a los que predicaban "no me voy a ir"? ¿Cuántas veces he querido más de seis meses? ¿Cuánto duró la relación más larga? ¿Y la más corta? Ahora, ya. ¿Sabes tú en lo que pienso cuando digo que no pienso en nada? ¿Sabes lo jodida que estoy cuando digo que estoy bien? ¿Por qué no duermo en camas ajenas? ¿Por qué me dan pánico los "llevo aquí más de 4 días"? Me voy.
¿Por qué no apuntaría antes de disparar? ¿Por qué mis libros favoritos lo son? Por qué no. ¿Por qué me da tanto miedo tener tanto miedo de todo?
Déjalo, de todos modos estoy escribiendo para nadie, porque nada siempre me persigue a mí.
¿Por qué nunca es buen momento?
'Y menos para decir la verdad.'
Cómo van a conocerme si no quieren.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Asterisco.



No se puede cargar una escopeta con miedo. No podrás disparar.
Estoy tan asustada que abrir los ojos me sigue pareciendo una película de terror. Me tapo los ojos.
Caminaría sobre el filo de la navaja. Haría el pino sobre cristales. Dormiría en el barro. Masticaría arena. Jugaría a la ruleta Rusa.
Pero quítame el miedo.
Repetir una vez más: No tengas miedo.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Efímero.


Será que soy imbécil. Me lo digo siempre "eres imbécil". Hay que admitir cada imbecilidad que se hace en la vida. ¿Cómo le cuentas tú a alguien de quién no has estado enamorada en la vida, que siempre? Toda esta muerte.
Quiero evitar que salga mal todo lo que entre. Quiero evitar que salga. No soporto las pérdidas, maldigo cada 19, por eso hoy escribo, para decir que no sé echar de menos. Me agobia la ausencia, me incapacita el pensar, pero ¿Cuánto llevo sin llorar? ¿Llorar implica soltar lágrimas? ¿Llorar también es suplicar? ¿La súplica es una lágrima?
He estado pensando que la mejor manera de enterrar el dolor sería que mi cadáver fuera encapsulado en una máquina frigorífica esperando que el amor de mi vida me coma el. Y me despierte. Qué ironía lo del frío que te mueres. ¿De verdad eso nos va a devolver a la vida?
Odio a toda esa gente que no se atreve a quemar recuerdos, míralos, queriendo seguir adelante sin borrar las fotitos de sus perfiles, sin tirar las notitas a la chimenea, sin ver cómo el camión de la basura se lleva esa cajita. Ahí, sí, ahí me dais pena, ¿Cómo vais a pasar página con la de peso que le habéis puesto encima?
No me olvidaré de ti, verás, como mucho lo que puede pasar es que me acuerde de mí. A veces me llamo y no contesto.
Echo de menos tan fuerte que detonaría todas las estaciones del país. Tanto hablar de alas para acabar cogiendo un taxi.
Que me queráis tocar es algo tan irrelevante, como vuestra respiración. Mi cuerpo hace música y nadie ha sabido hacerlo sonar. ¿Me explico?
Si estoy cuerda es porque tampoco me han sabido atar. Si estoy loca es por la nota, do, re, mí, bah.
Mi coño sí que es efímero.
Como todo lo que no esperas.


martes, 13 de diciembre de 2016

Jamás.



No me gustó follar contigo, deberías saberlo. Hay cosas que jamás voy a explicarte.
Nunca has tenido ningún derecho conmigo. Todo lo haces mal.
No me gustó que no entendieras que por encima de cualquiera la elegiría, siempre ha sabido subirme a la cima.
No voy a fingir jamás una vida plena en las redes sociales, si lo subo, entended que sea real. Y vosotros estúpidos.
Si vivo en el limbo la coronaré como diosa.
Nunca he escuchado tu opinión, tu vida siempre me ha dado asco. Aunque ahora sólo seas un saco de indiferencia.
No me alegraré si te mueres, pero jamás te lloraría.
Tampoco me gustó follar con 30. No me acuerdo del nombre de las 20 primeras.
En mi cabeza siempre existe la posibilidad de. Y nunca es tuya.
No me gustó que me invitaras a tu casa, sólo quería largarme. No me gustó que te quedaras a dormir, te quería en la cuneta.
No me gustaron todas esas chicas que me hablaron de amor, yo sólo pensaba en ella.
No me gustó que no me dejarais ser tan monógama. No estaba con nadie.
Tampoco me gustó que no entendieran que abandonara cientos de cosas por la idea de escribir un libro que nadie sabe que existe, es mío.
No me gusta la posesión desde que sé que sólo puedo ser mía. Me hubiera entregado a quien estuviera dispuesta a tirar la llave.
No me gustó nada de mi pasado, estoy tratando de abandonarlo y aún queda un largo camino. Ayer será otro día, y pasado será mañana.
Vivo porque de algo hay que morir. Me parece estúpido que sigáis sin comprender que lo haga de ella.
Sois patéticos en cualquier parte, me da igual lo que escuchéis. 
No me han gustado las manos de otra. 'Tienes las manos más bonitas que me han tocado en mi vida.'
Sois unos intensos de mierda, no tenéis derecho a creer conocerla.
Me dais asco, jamás volvería a pasar por alguien por quién ya pasé de largo.
No me dais pena; soy humana, nunca entendí por qué vosotras no.
Tengo un montón de números de teléfono a los que no llamaré jamás: el de vuestras agendas sigue siendo falso.
Tengo un montón de historias que inventarme para que los que me conocen sepan que lo hago fatal.
De la última vez que follé con alguien lo que más recuerdo es el pánico a que se vaya.
Si el presente es un regalo espero que alguien sepa romper el papel con la mismas ganas que un niño el día de Reyes.
Si escribo esto es porque quiero que la gente sepa que en mi pasado ha habido un montón de cigarras estúpidas. Pero que jamás, jamás, escribiría un libro mencionando un nombre de mujer, si debajo de este no hay un Tesoro.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Sin imagen.

No intentes justificarte si un día decides terminar con esto y te das cuenta de que llevas demasiado tiempo arrastrando tu pasado. Yo ya lo sé, y tú no eres consciente. No me gusta esta boca del lobo, entiéndeme: yo busco la paz y si esta es tu mierda de guerra...  
Vivo al borde de una mentira y si me tiro apostamos porque vas arrepentirte de no haber sabido pararte. No me voy a basar en un tirarse al resto. Nunca he sido normal si vuestra mierda de normalidad no es servirle un café a una camarera cansada. Encaja esto.
Entiende que si un día te vas nada va a justificar que lo hagas, no prometas lo que no puedes cumplir. Si un día te vas, no querré que vuelvas nunca más.
Nunca he tenido la paciencia suficiente como para esperar a que alguien equilibre su balanza y poder caer del lado que no quieres. Pero aquí estoy, muerta de miedo y ganas. Nadie vendrá a mi entierro porque nadie sabrá que yo ya había muerto de otras cosas tontas. Nadie me hará todo lo que tú me has hecho, porque nadie nunca, siempre.
Y yo sólo sé escribir todo lo que no me atrevo a decirte.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Play.



Debería haber una canción para todo.
El día que nacemos debería sonar una melodía que nuestros padres nos enseñasen el día que por fin tengamos uso de razón, para poder desperdiciarla y volvernos locos.
El día que damos el primer beso, debería sonar otra que hable de la hostia que nos vamos a meter un tiempo después, para ir ya curaditos de espanto.
Cuando nos enamoramos por primera (y a veces única) vez, debería sonar algo así como la banda sonora de una película de terror. Dejaos de canciones cursis.
El día que nos atrevemos a llamar guapa a una chica, sin venir a cuento, sin necesidad de conocerse, debería sonar una canción estúpida que te advierta de que van a acusarte de desobediencia e infidelidad, quizá, pero la chica va a seguir siendo guapa y tú idiota, y además imbécil por pedir perdón.
Deberían existir canciones para medir el grado con el que vamos a pensar en follar hoy y con las ganas que nos vamos a quedar mañana.
Deberían programarse solas, así, con un chasquido, esa sería la magia, ¿Lo entiendes?
Debería sonar ahora mismo esa canción que canté una vez con una chica que no conocía casi nada, pero me dejó ver que hay canciones que son como tréboles de cuatro hojas.
Deberían aparecer en mi móvil todas esas canciones alegres que necesito escuchar cuando estoy en la mierda.
Debería sonar el día de nuestro funeral la favorita, ¿Quién no ha pensado alguna vez en morirse mientras sonaba una canción?
Deberíamos bailar todas las canciones que existen ahora que no sabemos cuánto va a durar la siguiente pista.
Dale al Play, yo hace tiempo que estoy lista.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Cómo decirte qué, pregunto.



Cómo decirte qué, sin señalarte. Cómo apuntar maneras sin saber cargar el arma. Cómo ahogar el silencio si lo tienes guardado. Cómo sacrificar los fracasos y exponernos a una derrota. Cómo dejar de pensar pensando en cómo dejar de pensar. Redundancia. 
Quiero que te quede claro: quiero amarte a oscuras. Voy a llenar la casa de cosas cursis y empezaré diciendo que el resto no me importa, como si todas estas cicatrices fueran de los golpes que me doy al despertarme de las pesadillas. Como si las peores no fueran despierta. Como naufragar. Mi amor, llevo siglos nadando contra corriente y no sé.
Cómo no tenerte miedo si es lo único que me han dado.
Dónde voy, has de saberlo: se me han borrado todas las ideas y tenía cientos, pero muy mala memoria.
Me moría.
Me moría por decirte que quiero que me escuches; la última vez que dije eso mi psicólogo se dió de baja.
Esto no es un poemilla de mierda de un autor moderno con un postureo de náusea. Esto no es un poema, de serlo yo no sería yo, sería otra cosa y no hablaría de ti.
Tengo dos mil razones para no olvidarme de nada, cuando nada me olvida a mí.
Tengo la conciencia tranquila, entiendo que quieras joderme; yo también me envidiaría.
Me paso el día quejándome por no decirte "corazón, cariño mío, mi flor, mi pétalo, mi niña, sálvame por favor, quédate conmigo", te prometo que no sé cómo llamarte para que aparezcas. Porque he conocido personas maravillosas a las que he preferido hablar de ti, y he llegado a arrepentirme: no te asustes, he vuelto.
Voy a hacerle el vacío al vacío para que sepa que estorba.
Que no estás bien, pequeñita, y nadie te ha hecho nunca más daño que misma.
Que no está bien todo el daño.
Tengo un montón de ideas y excusas en la cabeza para pensar una noche más que nunca jamás estuve tan rota como aquellos días.
Y que ojalá se equivoquen todos, mi amor, ojalá sepan que hay cosas que es mejor no quedarse, que ya estaba escrito, pero la envidia es mejor darla.
Estoy a nosécuántos kilómetros de querer soltarlo. Tengo una casa con vistas a otra en Madrid. Una vez fui sola y estaba muy triste, y abracé a alguien, y por primera vez sentí que todo iba a salir mal, pero me alegré. Yo jamás se lo dije, me alegré muchísimo, era la primera vez que alguien me decía "todo va a salir mal, pero no importa, ahora estamos aquí". Era la primera vez que me fui sincera en el espejo.
Y entonces lo supe: estoy tan enamorada de que sólo quedaba sitio para arrepentirme por todos los que no supieron hacerlo.
Me dejo notas como esta porque sé que mañana será otro día, y pasado otro, y se borrarán, y no diré mentiras porque nadie me enseñó a tirar la piedra y esconder la mano.
Y ahora me voy, que es tarde, y tengo que volver a mentirme mañana.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Un día vomité todas mis letras y desde entonces siempre.

Mi lista de cosas antes de morir acabará con una X en mi tumba, porque también supe morir de todas sus letras.

Quiero pasear por P de la mano de T,
mientras se me olvida lo que me dolió antes.
Quiero contar con A cuando necesite huir. Y con J, con B, con I, con E, con N, con K, y con los mejores paisaje que seamos capaces de imaginar.
Quiero contarte a R que no tenía razón, porque a mí me sobraba. 
Decirle a J que lo que le frena es miedo, aunque le ponga otros nombres.
Quiero que A y J sean felices.
Que J y A sean felices.
Que G y E sean felices.
Que C sea feliz.
Que yo sea con ellos.
Quiero encontrarme con M también cuando vaya con C, y que tema que C quiera venirse conmigo. Que M sepa que siempre me cayó mejor que el resto, porque era M siendo muy de M e ignorando al resto. 

Beber con M y gracias a M.
También beber con T, contarle a T que al corazón no se le ponen multas, y por eso daba igual 150km/h, que lo que quería era un viaje lento. 

Darle las gracias por B, pero que entienda que jamás volvería.
Quiero enamorarme de alguien que me haga tener el pulso dónde lo tuve con M, y me trate como yo quiero a T. 
Decirle a S que no me convence, pero que C tampoco, ni G, ni J, ni D, ni A, no.
Quiero que I sea un templo donde no haya miedo porque estoy justo en el momento en el que quiero estar.
Que me hagan bailar toda la noche, muchísimas noches en L.V.M. No arrepentirme de nada. 

Que T sepa que la última vez no lloré, no perseguí su recuerdo, ni me persiguió el sentimiento de buscar más allá, pero sí la indiferencia ante la ausencia.

Quiero que nadie absolutamente nadie se atreva a regalarme 'te quiero' olvidándose el 'follar', quiero que se pierdan todas. Que me encuentre alguien que de verdad merezca el desastre que dejo cuando brotan desde dentro pétalos de rosas.
Quiero reconocer que antes de morir quiero sobretodo vivir. Que no es sólo deseo, también acumulación de pólvora.



viernes, 6 de mayo de 2016

Maletas.


Ayer me sentí cobarde luchando por defender que soy valiente, mientras me quedo quieta con el miedo, esperando un golpe a los estados de ánimo.
Ayer quería, quería casi tanto como hoy, porque nunca es demasiado.
¿Cuándo?

Me han hecho la mejor foto en la que me podía ver reflejada por dentro,
y tiene vistas a esa ciudad enorme y caprichosa en la que ya no queda nadie sujetando mis muñecas.

Si me hubieras llamado a tiempo habría hecho mejor las maletas;
le estoy dando demasiadas vueltas a la idea de no darle más vueltas.

No me gustó mentirte, pero no fui yo quien te pidió que me creyeras.
Estuviste mucho tiempo encerrada en aquella caja que yo guardaba en mi pecho.
Y sonabas cada mañana, como un despertador que anuncia una tormenta.
Con los destrozos cosiste enredaderas en mis costillas, lo pusiste todo perdido de flores y raíces
y otras se ofrecieron a trepar.
Tú te hacías la ofendida, y yo no quería jugar.
Me dejaste ser, dejándome a mí de lado y te convertiste en la escusa perfecta para huir del ruido.
Me enfriaste las palabras sin necesidad de hielo y me volcaste la esperanza aún sabiendo que ya estaba en la cuneta.
Me colmaste el vaso con besos que no eran nuestros,
con noches que no sabían a nada,
con días que podían llenarse porque no tenían nada.
Y yo... Yo quise pasear contigo hasta desgastarme.
Aunque estuviéramos encerradas en algo para lo que yo no encuentro adjetivos, pero otros llamaron “tiempo”.
Te fuiste, sin saber a dónde y yo deseé que no tuvieras el valor de volver nunca más.
Me dejaste una maleta con las cosas importantes y yo brindé por darme cuenta de que después de todo siempre queda nada.
Tenía corazón aunque tú lo perdiste.
Tenías suerte y me perdiste.
Tuviste ocasión de hablarme de futuro antes de ser pasado,
pero lo hiciste en presente, de los que no van a ninguna parte,
por eso ahora es pasado.

Te quise durante dos días y una noche,
y de verdad: me hubiera quedado.
Pero tú me lo advertiste: No hay nada aquí a mí lado.

Y yo hice otra vez las maletas.
Qué iba a saber Madrid, si la quise tanto que casi pierdo la cabeza.
Qué ibas a saber tú de mí, si te quería sin conocerte y no entiendes que ahora que lo hago, no.
Lo siento Madrid, por todos los platos que dejé rotos, por ponerlo todo perdido de heridas que nadie es capaz de cerrar.
Lo siento por ella, porque si me hubiera quedado seríamos dos.

Pero estoy muerta. Lo saben los que me vieron acudir a mi propio funeral con un ramo entre las piernas, por aquellos que se prometieron dejar un montón en la puerta de alguien a quien pedir perdón.
No lo entiendes, verás; lo hice bajo una advertencia y ellos gritaban: estás muerta.
No, no llames; tengo la mirada perdida y otra se la ha encontrado.
Si encuentro el arma a tiempo, cuenta tú el tiempo que se tarda en desaparecer del todo.
Lo siento. Por eso lo hago; ojalá te des cuenta.

Estar muerta para mí es estar viva.
Apunta,
dispara
y tranquila.


domingo, 3 de enero de 2016

Feliz o lo que seas.

No me creas si te digo que no puedo más, no estoy acostumbrada.
No te asustes cuando te digo que aquí no, ni te enfades, que estás igual de guapa, pero mira toda esa gente.
No le des vueltas a mis "me voy", lo hago para que sepas que así también me quedo.
No te comas la cabeza si a las seis sigo despierta y no nos dan las siete porque no contesto, no voy a ofrecerte nada que no pueda darte.
Finge normalidad al encontrarnos, nos presentaremos las veces que haga falta. A esta invito yo.
No me culpes por haberte desconocido así, tú también.
No te creas lo que te cuentan, a la tercera nunca va la vencida a ninguna parte.
Que no te sorprenda: hoy he estado en tu portal,
que no te tapes: no era contigo. Y no hablo de mí.
Y no me llores cuando dices "una de estas veces te lleno el coche de nieve y nos quedamos a vivir", y te digo que no. Pero de verdad, ¿Cómo te atreves a decirme "no te creas"? Tú, que no destruyes, prefiero hacerlo yo.
Porque tú siempre serás de alguien pero muy tuya, pero mira toda esa gente.
Que no, joder. Que no sé lo que te pasa. Pero a mí tú.
Que llevas la mitad de la vida muerta, porque eres una forma de morir.
Pero no sé de qué sueño cojeabas antes de hacerlo, ni si tenía pesadillas que le hacían levantarse de un golpe con noséqué pie.
Que no sé por qué escupes sangre, ni se traga 40 pastillas al día, ni si quiera sé por qué siempre tengo que agarrarla para que no se lleve el aire sus veintipocos. Muy pocos.
No sé por qué se droga, ni por qué no debería hacerlo. No sé si es verdad lo de sus cinco enfermedades mortales, ni si quiera una. No sé por qué no le tiene miedo a nada más que a tener que reconocer que tiene miedo.
Tampoco sé porque me gustaría padecerla y morirme de su misma muerte. Despertarme en mitad de la noche por su falta de sueño y saltar en la cama después de las pesadillas.
No lo sé, no la sé. No me sé su historia por muchos libros que haya leído. No la conozco, no voy a colarme en su fiesta.
Pero me gustaría llamarla esta noche y contarle que cuando acabe esa canción y apague la radio, sólo tardaré dos minutos más, que como siempre llego tarde:

Feliz Navidad, y tal.